En esta secuencia el
león (que representa al Mesías) resucita, y se aparece en
primer lugar a las dos niñas, las cuales le abrazan con
gran gozo, y entonces las dice estas impresionantes palabras:
"Si la bruja (la
reina-muerte) conociera el verdadero significado del
sacrificio, habría interpretado la magia insondable
(el poder de Dios) de otro modo. Cuando
una victima voluntaria que no ha cometido traición
(pecado) fue ejecutada en lugar de un
traidor (los pecadores) la mesa (el
sepulcro) se rompería, y la muerte misma efectuaría un movimiento de
retroceso".
El paralelismo con el
Evangelio es espectacular. La Biblia dice que el Mesías Jesús
resucitó al tercer día, por el poder de Dios, y entonces se apareció
en primer lugar a María Magdalena. El sacrificio del Mesías (que
jamás hizo pecado) en lugar de los pecadores, fue la muestra del
amor de Dios al mundo (Jn.3:16), y como resultado de este sacrificio
supremo del Mesías Jesús el Dios Padre le resucitó: "Pasado
el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron
María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro. Y hubo un gran
terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y
llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella. Su aspecto era
como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. Y de miedo de
él los guardas temblaron y se quedaron como muertos. Mas el ángel,
respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé
que buscáis a Jesús , el que fue crucificado. No está aquí, pues ha
resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el
Señor." (Mt.28:1-6).
"... Pero
María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba,
se inclinó para mirar dentro del sepulcro; y vio a dos ángeles con
vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el
otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. Y le
dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a
mi Señor, y no sé dónde le han puesto. Cuando había dicho esto, se
volvió, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era
Jesús . Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?
Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has
llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré. Jesús le
dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir,
Maestro). Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a
mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a
vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. Fue entonces María
Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto al
Señor, y que él le había dicho estas cosas." (Jn.20:11-18).
En esta
hermosísima secuencia vemos como los cuatro niños victoriosos
reciben su recompensa en el Reino de Narnia (que representa el
futuro Reino de Dios). Esos cuatro niños valientes y victoriosos
reciben sus coronas de gloria, para gobernar sobre Narnia. La
reina muerte ha sido destruida y entonces los niños valientes y
vencedores reciben el gran premio. El paralelismo con el
Evangelio es también espectacular. Esos cuatro niños representan
a los seguidores del Mesías Jesús , los verdaderos cristianos,
los cuales han vencido por medio de la sangre del Cordero (el
Mesías) y no amaron sus vidas hasta la muerte:
"Y
ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la
palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas
hasta la muerte." (Apocalipsis 12:11). Estos
creyentes vencedores recibirán la corona de justicia,
de vida y de gloria cuando el Mesías Jesús venga del cielo con
gran poder y gloria a reinar sobre la tierra:
"He peleado la buena batalla, he acabado
la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada
la corona de justicia, la cual me dará
el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también
a todos los que aman su venida." (2Tm.4:7-8) . "Bienaventurado
el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido
la prueba, recibirá la corona de vida,
que Dios ha prometido a los que le aman." (Stg.1:12). "Y cuando
aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis
la corona incorruptible de gloria."
(1Pedro 5:4).
