13 de septiembre de 2025
Ampliado el 16 de septiembre
PRÓLOGO
Durante muchos siglos el judaísmo falso y apóstata, así como la cristiandad falsa y apóstata, han engañado al mundo con enseñanzas absolutamente falsas y antibíblicas y aún siguen mintiendo al mundo con esas doctrinas de demonios totalmente falsas y antibíblicas.
Una de esas enseñanzas falsas y perversas enseñadas por esas religiones falsas es la doctrina de que el Dios supremo de Israel, es decir, el Jehová supremo, el Padre celestial, así como el segundo Jehová, que es el Señor Jesucristo, e igualmente los ángeles de Dios y de Cristo, no tienen un cuerpo físico de carne y hueso.
Esas religiones falsas y pervertidas se han apartado completamente de la enseñanza bíblica, ya que, en las Sagradas Escrituras hebreas, así como en el llamado Nuevo Testamento de los cristianos, se enseña absolutamente todo lo contrario, tal como voy a demostrar en este sencillo estudio bíblico.
Vamos a analizar varios pasajes de la Biblia en los cuales se demuestra de forma irrefutable que tanto el Dios supremo, que es el Padre celestial llamado Jehová (otros le llaman Yahweh, o Ieve) así como el segundo Dios, que es el Señor Jesucristo y que también se llama Jehová, por supuesto que tienen cuerpos físicos de carne y hueso, pero son de carne y hueso celestiales, no están hechos del polvo de la tierra, sino que son cuerpos físicos humanos pero inmortales y gloriosos.
Igualmente ocurre con los ángeles de Dios, a los cuales en la Biblia se les llama varones, es decir, hombres, y también ellos tienen cuerpos físicos de carne y hueso celestial. Todos estos seres celestiales tienen forma humana pero inmortales, y pueden comer y beber perfectamente, pero lo hacen solamente por placer, no porque necesiten comer y beber para vivir.
En este tremendo estudio bíblico voy a demostrar que este segundo Dios, llamado también Jehová, es el mismísimo Señor Jesucristo, el cual en la época del llamado Antiguo Testamento bajaba del cielo físicamente, se apareció a muchos seres humanos y se relacionó con ellos, incluso comiendo y bebiendo con ellos en la tierra.
Hay que decir que en este estudio he utilizado dos versiones, la Reina Valera Actualizada de 1989 para los pasajes del Antiguo Testamento y el Testimonio de los Apóstoles para los pasajes del Nuevo Testamento, esta última versión es la mejor que existe en el mundo del Nuevo Testamento, y la puede descargar en PDF desde el siguiente enlace: https://www.las21tesisdetito.com/el_testimonio_de_los_apostoles.pdf
Antes de comenzar a estudiar esos pasajes bíblicos hay que ver los textos donde se mencionan a los dos Jehovás, el Jehová supremo que es el Padre celestial y el segundo Jehová que es el Señor Jesucristo. Esto lo veremos en el capítulo 1.
1
LOS DOS JEHOVÁS
Vamos a ver dos pasajes de la Biblia donde se mencionan literalmente a los dos Jehová.
Gén 19:24 Entonces Jehovah hizo llover desde los cielos azufre y fuego de parte de Jehovah sobre Sodoma y Gomorra.
1- Tres varones celestiales le aparecieron a Abraham en el encinar de Mamre (Gen.18:1-2). Tal como vemos en la fotografía de abajo:
2- Uno de esos tres varones es llamado Jehová (Gen.18:3).
3- Los otros dos eran ángeles que le acompañaron a este Señor Jehová (Gen.19:1). .
4- Estos tres varones celestiales comieron con Abrahán (Gen.18:5-8). El hecho de que estos tres varones celestiales comieron y bebieron con Abrahán significa que esos dos ángeles y el propio Jehová tienen un cuerpo físico de carne y huesos, pero de carne y hueso celestial, con la capacidad de comer y beber. Vea la fotografía de la derecha:
5- Abraham y su esposa Sara se pusieron a hablar físicamente con estos tres varones celestiales. Pero Abraham especialmente habló directamente con el tercer varón que era Jehová (Gen.18_9-32).
6- Después que Jehová terminó de hablar con Abrahán, Jehová se marchó y Abraham regreso al lugar donde estaba antes (Gen.18:33).
7- Los otros dos varones que acompañaban a Jehová eran ángeles y se dirigieron hacia Sodoma para rescatar a Lot, que era el sobrino de Abraham (Gen.19:1). Esos dos ángeles entraron también en casa de Lot y comieron, indicando así que los ángeles también tienen cuerpos de carne y hueso y pueden comer y beber (Gen.19:3).
8- Esos dos ángeles dijeron a Lot que Jehová iba a destruir la ciudad de Sodoma y que Lot y su familia tenían que escapar de esa ciudad para salvar sus vidas (Gen.19:14).
9- Seguidamente el propio Jehová se juntó con los otros dos ángeles que estaban en Sodoma y este Señor Jehová le dijo lo siguiente a Lot:
Gén 19:21 Le respondió: —He aquí que también te he atendido con respecto a este asunto. No destruiré la ciudad de la cual has hablado.
Gén 19:22 Date prisa y escapa allá. Nada podré hacer hasta que hayas llegado allí. Por eso fue llamado el nombre de la ciudad Zoar.
Gén 19:23 El sol ya había salido sobre la tierra cuando Lot llegó a Zoar.
Gén 19:24 Entonces Jehovah hizo llover desde los cielos azufre y fuego de parte de Jehovah sobre Sodoma y Gomorra.
Observe que quien estaba hablando con Lot era solamente Jehová, pues está hablando en primera persona con Lot. Los otros dos ángeles simplemente estaban acompañando a este Señor Jehová.
En el verso 24 se dice literalmente que este Señor Jehová hizo llover desde los cielos azufre y fuego de parte de Jehová sobre Sodoma y Gomorra.
El pasaje es revelador, sin embargo, el judaísmo apostata y la cristiandad apostata lo han pervertido y malinterpretado a lo largo de los siglos, ya que el texto no habla de un solo Jehová, sino de dos Jehovás.
Observe que el primer Jehová era el que bajó a la tierra y se le apareció a Abraham en el encinar de Mamre acompañado por dos ángeles, y este Señor Jehová hizo descender fuego y azufre sobre Sodoma y Gomorra de parte del Jehová que está en los cielos, es decir, hay un Jehová supremo que está en los cielos y que es el Padre celestial, y el segundo Jehová es el que descendió a la tierra y se le apareció a Abraham acompañado por esos dos ángeles.
Este segundo Jehová envió fuego y azufre sobre Sodoma y Gomorra de parte del Jehová supremo que está en el cielo. ¡¡Ahí tenemos mencionados literalmente a los dos Jehovás y no solamente a uno!! Un Jehová supremo que está en el cielo, y un segundo Jehová que bajó a la tierra acompañado por dos ángeles y se le apareció a Abrahán en el encinar de Mamre y luego destruyó las ciudades de Sodoma y Gomorra con el fuego y azufre enviado por el Jehová supremo que está en el cielo.
El otro pasaje donde se mencionan también literalmente a los dos Jehovás es el siguiente:
Zac 3:1 Después me mostró a Josué, el sumo sacerdote, el cual estaba delante del ángel de Jehovah; y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle.
Zac 3:2 Jehovah dijo a Satanás: —Jehovah te reprenda, oh Satanás. Jehovah, quien ha escogido a Jerusalén, te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del fuego?
Fíjese bien lo que enseña ese pasaje:
1- El profeta Zacarías vio a Josué, el sumo sacerdote en ese tiempo, el cual estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle a Josué, es decir, Satanás estaba a la mano derecha de este ángel de Jehová para acusar a Josué.
2- En el verso dos resulta que a este Ángel de Jehová se le llama también Jehová y observe lo que le dijo este Jehová a Satanás: “Jehová te reprenda” y además se lo dice por dos veces. Es decir, el texto menciona a los dos Jehovás, el primer Jehová es el ángel de Jehová y resulta que Satanás estaba a la mano derecha de este Señor Jehová para acusar al sumo sacerdote Josué. Y entonces el ángel de Jehová, que también es llamado Jehová, le dice a Satanás que Jehová le reprenda. Fíjese que el texto no dice por ninguna parte: “Satanás, yo te reprendo”, sino que dice “Jehová te reprenda” indicando así que hay un Jehová supremo que está en el cielo y que es el Padre celestial, y hay un segundo Jehová y que es el famoso ángel de Jehová, el cual también se llama Jehová, ya que el nombre del Jehová Padre está en el, tal como leemos en este pasaje:
Éxo 23:20 "He aquí, yo envío un ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te lleve al lugar que yo he preparado.
Éxo 23:21 Guarda tu conducta delante de él y escucha su voz. No le resistas, porque él no perdonará vuestra rebelión, pues mi nombre está en él.
Éxo 23:22 Pero si en verdad escuchas su voz y haces todo lo que yo te diga, seré enemigo de tus enemigos y adversario de tus adversarios.
En ese pasaje vemos al Jehová supremo, el Padre celestial, hablando y diciendo a Moisés que él enviaría a su Ángel delante de él y este Ángel divino llevaría al pueblo de Israel a la tierra prometida. Este Ángel especial y divino no perdonaría la rebelión del pueblo de Israel, ya que el nombre de Jehová está en Él, indicando que este Ángel divino tiene el mismo nombre que el Padre celestial: Jehová, se llama igual que el Padre celestial, y al mismo tiempo es el enviado especial del Padre celestial que sacaría Israel de la esclavitud de Egipto y los llevaría a la tierra prometida.
El judaísmo apostata y la cristiandad apostata siempre citan el pasaje de Deuteronomio 6:4, conocido como la Shemá, para enseñar la mentira de que sólo existe un Jehová. Sin embargo, ese texto no dice por ninguna parte que solo exista un Jehová, lo único que enseña ese pasaje es que este Señor Jehová es único o uno en el sentido de que es el Dios supremo, el Jehová supremo, y no hay otro como él. Esto es como si yo digo: “mi padre es único en el mundo”, yo no estoy diciendo que en el mundo solamente existe un padre, sino que mi padre es único en el sentido de que es el mejor padre del mundo, el más amado y el más importante. La misma palabra “único” o “uno” aparece también en Juan 3:16 donde se dice que Dios el Padre dio a su Hijo único, refiriéndose a Jesús. Esto no significa de ninguna manera que Dios el Padre sólo tenga un Hijo, ya que la Biblia habla de millones de hijos de Dios celestiales, que son los ángeles, y millones de hijos de Dios terrenales, que son los verdaderos cristianos. Jesús es el Hijo único de Dios en el sentido de que Jesús es el Hijo más amado de Dios el Padre, él es el principal Hijo de Dios y no existe otro Hijo como él. Exactamente lo mismo ocurre en la Shema hebrea. El Jehová supremo que es el Padre celestial es uno o único porque es el más grande de todos los padres del universo, el Dios más grande de todos, el más amado y el principal Dios del universo, pero esto de ninguna manera significa que solo exista un Jehová.
Por lo tanto, la doctrina de los dos Jehovás es absolutamente bíblica y verdadera.
Para más información y un estudio mucho más amplio sobre este tema de los dos Jehovás recomiendo al lector que lea este estudio bíblico mío:
https://www.las21tesisdetito.com/dos_dioses_eternos.htm
2
LOS DOS JEHOVÁS CREARON AL VARÓN A IMAGEN Y SEMEJANZA DE ELLOS
Fueron estos dos Jehovás los que crearon al hombre, es decir, al
varón, a imagen y semejanza de ellos, es decir, Adán tenía un
parecido físico a estos dos dioses creadores. Vamos a comprobarlo con
los siguientes pasajes:
Gén 1:26 Entonces dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y tenga dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo, el ganado, y en toda la tierra, y sobre todo animal que se desplaza sobre la tierra."
Gén 1:27 Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó.
Gén 2:7 Entonces Jehovah Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre llegó a ser un ser viviente.
Observe atentamente como un Dios le habla al otro Dios. El Dios supremo, que es el Padre celestial, le propuso al otro Dios hacer al hombre a imagen y semejanza de ellos, es decir, fueron estos dos dioses los que crearon al hombre a imagen y semejanza de estos dos dioses. Esto es como si yo le propongo a mi hijo hacer un muñeco de barro a imagen y semejanza nuestra, es decir, que ese muñeco de barro tenga un parecido físico a nosotros. La expresión “imagen y semejanza” en el libro del Génesis siempre se refiere a un parecido físico, nunca se refiere a algo espiritual. Vamos a leerlo:
Gén 5:3 Cuando Adán tenía 130 años, engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.
El texto es bien claro. Adán engendró un hijo a su imagen y semejanza llamado Set, es decir, Set tenía un parecido físico a su padre Adán y de igual manera Adán también tenía un parecido físico a los dos dioses creadores.
El Dios supremo que es el Padre celestial le propuso al segundo Dios hacer al hombre a imagen y semejanza de ellos. Observe que es un Dios hablándole al otro Dios, dicho en otras palabras, estos dos dioses hicieron al hombre con un parecido físico a ellos, indicando así de forma irrefutable que estos dos dioses tienen también cuerpos de carne y hueso, pero carne y hueso celestial y Adán tenía ese parecido físico a los dos dioses creadores, sin embargo, su carne era terrenal, hecha del polvo de la tierra.
El verso 27 se refiere solamente al Dios supremo es el Padre, ya que fue él quien decidió crear al hombre a su imagen y semejanza, pero Dios el Padre lo creó por medio del segundo Dios el cual bajó a la tierra y formó al hombre del polvo de la tierra, sopló en su nariz el aliento de vida, es decir, el espíritu, y el hombre se convirtió en un alma viviente, es decir, en un ser viviente.
Observe atentamente que solamente el hombre fue creado a imagen y semejanza de estos dos dioses creadores, es decir, sólo Adán tenía ese parecido físico a los dos dioses. Eva fue creada después de una costilla de Adán para ser la ayuda idónea del hombre, pero Eva jamás fue creada a imagen y semejanza de los dos dioses creadores.
El hecho de que el hombre tenga ese parecido físico a los dos dioses creadores significa sencillamente que estos dos dioses creadores tienen también cuerpos humanos físicos, de carne y hueso, pero celestiales, el cuerpo de ellos no está hecho del polvo de la tierra, como sí lo estaba el cuerpo del hombre.
El propio apóstol Pablo dijo también que solamente el varón tiene la imagen y semejanza de Dios, pero no la mujer. Leamos el pasaje:
1Co 11:7 El hombre no ha de cubrir su cabeza, porque él es la imagen y la gloria de Dios; pero la mujer es la gloria del hombre.
El apóstol Pablo fue bien claro, sólo el hombre tiene la imagen y la gloria de Dios, sin embargo, la mujer es la gloria del varón, en ninguna parte dijo Pablo que la mujer tenga también la imagen y la gloria de Dios. Obviamente las mujeres no tienen un parecido físico con los dos dioses creadores, ya que, el aspecto físico de las mujeres es muy diferente al de los hombres. Los dos dioses creadores, por ejemplo, no tienen senos, ni caderas de mujer, ni cara de mujer, ni órganos genitales femeninos, ya que ellos son varones celestiales muy masculinos y con esa misma imagen y semejanza ellos crearon al hombre. Esto evidentemente es muy diferente a lo que enseñan millones de falsos rabinos judíos a lo largo de la historia, así como millones de falsos maestros de la cristiandad apostata.
3
74 PERSONAS SUBIERON AL MONTE Y VIERON AL DIOS DE ISRAEL Y COMIERON Y BEBIERON CON ÉL
El pasaje que vamos a ver ahora es absolutamente impresionante y es un pasaje que prácticamente jamás lo mencionan los falsos rabinos judíos ni los falsos pastores de la cristiandad apóstata. El pasaje es el siguiente:
Éxo 24:1 Dios dijo a Moisés: —Subid ante Jehovah, tú, Aarón, Nadab, Abihú y setenta de los ancianos de Israel, y os postraréis a distancia.
Éxo 24:2 Luego se acercará Moisés solo a Jehovah; pero no se acerquen ellos, ni suba el pueblo con él.
Éxo 24:9 Luego Moisés, Aarón, Nadab, Abihú y setenta de los ancianos de Israel subieron, Éxo 24:10 y vieron al Dios de Israel. Debajo de sus pies había como un pavimento de zafiro, semejante en pureza al mismo cielo.
Éxo 24:11 Y no extendió su mano contra los principales de los hijos de Israel. Ellos vieron a Dios, y comieron y bebieron.
Éxo 24:12 Entonces Jehovah dijo a Moisés: —Sube a mí, al monte, y espera allí. Yo te daré las tablas de piedra con la ley y los mandamientos que he escrito para enseñarles.
Éxo 24:13 Se levantaron Moisés y Josué su ayudante, y Moisés subió al monte de Dios.
Veamos lo que enseña ese pasaje bíblico:
1- Observe como en el verso 1 Dios le dijo a Moisés: “subid ante JEHOVÁ, tú, Aarón, Nadab, Abihú y setenta de los ancianos de Israel”. Es decir, el Dios supremo, que es el Padre celestial, era quien le estaba hablando a Moisés y le dijo que subieran ante JEHOVÁ. Fíjese bien que este Dios supremo no dijo: “subid ante mí”, sino que dijo: “subid ante JEHOVÁ” indicando así la existencia de los dos dioses, es decir, no fue el Dios Padre quien se apareció a Moisés ni a los demás ancianos de Israel, sino que fue el segundo JEHOVÁ quien se apareció a ellos. El Nuevo Testamento dice bien claro que al Dios Padre ningún ser humano le vio jamás:
Jua 1:18 A Dios nadie le ha visto jamás; el Dios único que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
El propio Jesús también dijo que al Padre celestial nadie le vio jamás:
Jua 5:37 Y el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Pero nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su apariencia.
Jua 6:46 No es que alguien haya visto al Padre, sino que aquel que proviene de Dios, éste ha visto al Padre.
El apóstol Pablo también dijo que al Dios Padre ningún ser humano le vio jamás:
1Ti 6:16 el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible, a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver. A él sea la honra y el dominio eterno. Amén.
El apóstol Juan también dijo que al Padre celestial ningún ser humano le vio jamás:
1Jn 4:12 Nadie ha visto a Dios jamás. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.
Por consiguiente, si al Dios supremo, que es el Padre celestial ningún ser humano le vio jamás aquí en la tierra, ¿quién era entonces el Señor JEHOVÁ que si fue visto por todos esos seres humanos que he mencionado más arriba? Evidentemente ese Señor JEHOVÁ que se apareció a Abraham, a Moisés, a los ancianos de Israel etc. no era el Padre celestial, sino el segundo JEHOVÁ.
2- En los versos 9 y 10 leemos que Moisés, Aarón, Nadab, Abihú y setenta de los ancianos de Israel subieron, y vieron al Dios de Israel, y en el verso 11 SE vuelve a repetir que ellos vieron a este Dios y además dice que comieron y bebieron, tal como se aprecia la fotografía de más arriba. Ahí tenemos la prueba absoluta e irrefutable de que este Dios de Israel que bajó a la tierra y fue visto por esas 74 personas de ninguna manera era el Padre celestial, el Dios supremo, sino que era el segundo JEHOVÁ, el mismísimo Señor Jesucristo como veremos después. La doctrina de que sólo hay un JEHOVÁ es absolutamente satánica, perversa y antibíblica. Lo que enseña la Biblia de forma irrefutable es la existencia de estos dos JEHOVÁS y que son el JEHOVÁ supremo, que es el Padre celestial y el JEHOVÁ menor, que es el Señor Jesucristo. Ambos dioses tienen un cuerpo celestial de forma humana y de carne y hueso, pero no son cuerpos hechos del polvo de la tierra, como el que tenemos los seres humanos en la tierra, sino que es una carne y hueso celestial e incorruptible.
3- Fíjese lo que dice el verso 12, ponga mucha atención:
“Entonces Jehovah dijo a Moisés: —Sube a mí, al monte, y espera allí.”
En el verso 1 era el Dios Padre quien le dijo Moisés: “subid ante JEHOVÁ”, sin embargo, en el verso 12 es este segundo JEHOVÁ quien le dijo a Moisés “sube ante mí”.
Fue este segundo JEHOVÁ quien luego le entregó a Moisés las tablas de la ley en el monte. Esto es extremadamente importante que el lector lo entienda, en el verso 1 era el Dios Padre quien estaba hablando a Moisés, y le menciona a un segundo JEHOVÁ, ya que el texto no está hablando en primera persona. Sin embargo, en el verso 12 es el segundo JEHOVÁ quien habló a Moisés, y ahí sí que le habla en primera persona, ya que fue este segundo JEHOVÁ quien bajó del cielo a la cima del Monte Sinaí para entregarle las tablas de la ley a Moisés.
Moisés, Aarón Nadab, Abiú y 70 de los ancianos de Israel fueron los que vieron a este segundo JEHOVÁ y comieron y bebieron con él, y después fue Moisés únicamente quién subió a la cima del Monte para recibir las tablas de la ley de parte de este ángel de Jehová, el cual también se llama Jehová, tal como vamos a ver en el siguiente capítulo.
4
EL ÁNGEL DE JEHOVÁ TAMBIÉN SE LLAMA JEHOVÁ
Leamos ahora lo que dice el pasaje tremendo de Éxodo 3, para ver como se le llama a este Ángel divino que sacó a Israel de la esclavitud de Egipto:
Éxo 3:2 Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.
Éxo 3:3 Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema.
Éxo 3:4 Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.
Éxo 3:5 Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.
Éxo 3:6 Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.
Éxo 3:7 Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias,
Éxo 3:8 y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo.
Éxo 3:9 El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen.
Éxo 3:10 Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.
Éxo 3:11 Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?
Éxo 3:12 Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte.
Éxo 3:13 Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?
Éxo 3:14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.
Éxo 3:15 Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos.
Éxo 3:16 Ve, y reúne a los ancianos de Israel, y diles: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me apareció diciendo: En verdad os he visitado, y he visto lo que se os hace en Egipto;
Éxo 3:17 y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel.
Vamos a comentar ese tremendo pasaje por orden:
1- El verso 2 dice que fue el ÁNGEL DE JEHOVÁ quien se apareció a Moisés en medio de la zarza ardiente.
2- En el verso 4 a este mismo Ángel de JEHOVÁ se le llama también JEHOVÁ, pues el texto dice bien claro que quien estaba en medio de la zarza ardiente era JEHOVÁ, y en el verso 2 se dice que quien estaba en medio de la zarza ardiente era el Ángel. La explicación es bien sencilla de entender: ese Ángel divino que descendió del cielo y se apareció a Moisés en medio de la zarza ardiente se llama igual que su Padre celestial: JEHOVÁ, con lo cual queda demostrado de forma irrefutable la existencia de los dos dioses eternos llamados JEHOVÁ.
Algunos falsos cristianos embusteros y arrianos enseñan la patraña satánica de que ese Ángel divino no estaba en medio de la zarza ardiente, sino a un lado de la zarza, y quien estaba en medio de la zarza -dicen ellos- era el Dios Padre, pero eso que dicen esos hijos del diablo es una de las mentiras más asquerosas y diabólicas que se puedan enseñar, ya que el pasaje dije bien claro que quien estaba en medio de la zarza ardiente era el Ángel, y en el verso 4 a este mismo Ángel divino se le llama JEHOVÁ, en ninguna parte se dice que ese Ángel estabas al lado de la zarza ardiente, esa mentira solo procede de Satanás.
Por lo tanto, ese Ángel divino que se apareció a Moisés en medio de la zarza ardiente era el enviado y el mensajero de otro Dios supremo llamado JEHOVÁ, y que es el Padre celestial.
3- El verso 6 es el mismo Ángel divino quien está hablando, y dice que él mismo es el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.
4- El verso 8 este Dios llamado JEHOVÁ, y que era ese mismo Ángel divino con el cual estaba hablando Moisés, dice bien claro que él ha DESCENDIDO para liberar al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto. Ahora bien, como ya vimos en el pasaje de Jueces 2:1 este mismo Ángel de JEHOVÁ dijo bien claro que FUE ÉL MISMO QUIEN DESCENDIÓ DEL CIELO Y SACÓ AL PUEBLO DE ISRAEL DE EGIPTO.
Por consiguiente, quien descendió del cielo a la tierra no fue el Dios supremo, el Padre, sino su Mensajero divino y especial, el Ángel de JEHOVÁ, el cual se llama igual: JEHOVÁ. Fue este Ángel divino quien sacó a Israel de la esclavitud de Egipto, y quien hizo el pacto con Israel en el Monte Sinaí.
Observe que el texto dice bien claro que fue ese Ángel divino que descendió del cielo quien hizo ese pacto con Israel en el Sinaí, ¡¡no fue el Dios supremo, el Padre!! Por eso es que el profeta Malaquías también se refirió a este Ángel divino y especial, llamándole “el “ÁNGEL DEL PACTO”, vamos a leerlo:
Mal 3:1 He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.
Ese pasaje de Malaquías es impresionante y de una importancia crucial, ya que está hablando el propio JEHOVÁ de los ejércitos, y dice que él enviaría su mensajero DELANTE MI, el cual prepararía su camino, y resulta que ese mensajero que prepararía el camino de JEHOVÁ se refiere a Juan el Bautizador, ¡¡el cual preparó el camino de JESUCRISTO!!, indicando así que ese Señor JEHOVÁ mencionado en esta profecía es el propio Jesús el Señor.
Y ahora observe como a este Señor JEHOVÁ que vendría a la tierra, y que es Jesús, SE LE LLAMA EL ÁNGEL DEL PACTO. Es decir, ese Señor JEHOVÁ que vendría a la tierra se le llama Ángel, es decir, Mensajero, y él es el Ángel DEL PACTO, es decir, quien descendió sobre el Monte Sinaí para entregar la ley y hacer el pacto con el pueblo de Israel, y este Ángel del pacto el mismísimo Jesús, ya que Juan el bautizador preparó el camino de Jesús.
Ese pasaje de Zacarías es de una importancia espectacular, ya que demuestra sin ninguna duda y de forma irrefutable que ese Ángel del pacto, o Ángel de JEHOVÁ, llamado también JEHOVÁ, es el mismísimo Señor Jesucristo, con lo cual queda demostrado de forma absoluta y total y que Jesús el Mesías es ese SEGUNDO JEHOVÁ, el Ángel de JEHOVÁ mencionado en las Sagradas Escrituras.
5- En Éxodo 3:6 este mismo Ángel que se apareció a Moisés en medio de la zarza ardiente dijo que él es el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, lo cual demuestra una vez más que a este Ángel especial se le llama también Dios, o dicho en otras palabras, EL PUEBLO DE ISRAEL TIENE DOS DIOSES, el Dios supremo que es el Padre celestial, y que se llama JEHOVÁ, el cual jamás fue visto por ningún ser humano en la tierra, y el segundo Dios, que es este Ángel divino, y que también se llama JEHOVÁ, y que era quien descendía del cielo y se aparecía a los seres humanos. Fue este segundo JEHOVÁ quien sacó a Israel de la esclavitud de Egipto y quien descendió físicamente sobre el monte Sinaí para hacer el pacto en la ley con el pueblo de Israel.
6- En los versos 13 al 16 sigue hablando este Ángel divino que estaba en medio de la zarza ardiente y le dijo a Moisés que él es el YO SOY, y también le dijo que se llama JEHOVÁ. Pues bien, veamos quien es este Dios que se apareció a Moisés y que dice llamarse YO SOY.
Esta expresión de “YO SOY” nos habla de ETERNIDAD. Significa que él siempre ha existido, es decir, que ÉL ES EL MISMO AYER, HOY Y POR LOS SIGLOS.
Pues bien, veamos ahora en el Nuevo Testamento quien es el eterno YO SOY:
Jua 8:24 Por esto os dije que moriréis en vuestros pecados; porque a menos que creáis que YO SOY, en vuestros pecados moriréis.
Jua 8:28 Entonces Jesús les dijo: —Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces entenderéis que YO SOY, y que nada hago de mí mismo; sino que estas cosas hablo, así como el Padre me enseñó.
Jua 8:58 Les dijo Jesús: —De cierto, de cierto os digo que antes que Abraham existiera, YO SOY.
Jua 8:59 Entonces tomaron piedras para arrojárselas, pero Jesús se ocultó y salió del templo.
Jua 13:19 Desde ahora os lo digo, antes de que suceda, para que cuando suceda, creáis que YO SOY.
Jua 18:5 Le contestaron: —A Jesús de Nazaret. Les dijo Jesús: —YO SOY. Estaba también con ellos Judas, el que le entregaba.
Jua 18:6 Cuando les dijo, "Yo soy," retrocedieron atrás y cayeron a tierra.
Heb 1:10 Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos.
Heb 1:11 Ellos perecerán, pero tú permaneces; todos ellos se envejecerán como un vestido.
Heb 1:12 Como a manto los enrollarás, y serán cambiados como vestido. Pero tú eres el mismo, y tus años no se acabarán.
Heb 13:8 ¡Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos!
Ahí lo tiene, más claro no puede ser: ¡¡JESUCRISTO ES EL ETERNO YO SOY!!, fue él quien se apareció a Moisés en medio de la zarza, y quien después en otras ocasiones hablaba con Moisés cara a cara (Ex.33:11, Num.12:8).
Los judíos religiosos como los fariseos sabían perfectamente quien era el YO SOY, así como el significado de esa expresión, ¡¡por eso es que cuando Jesús les dijo YO SOY estos judíos malvados se enrabietaron y tomaron piedras para intentar matarlo!!, porque sencillamente Jesús se estaba identificando con el eterno JEHOVÁ de los ejércitos, el YO SOY.
Recuerde que la expresión "yo soy" indica eternidad, por eso es que Jesús dijo que antes de que Abraham existiera, YO SOY, indicando así Jesús que él es eterno, y que él ya existía antes de que existiera Abraham, y que él mismo es el señor JEHOVÁ de los ejércitos.
Pero no solo eso, ¡¡Jesús dijo bien claro que para ser salvos hemos de creer que él es EL ETERNO YO SOY!!, si no creemos que él es el YO SOY, entonces moriremos en nuestros pecados, dijo bien claro Jesús.
El pasaje de Juan 18:6 es tremendamente interesante, pues dice que cuando Jesús les dijo YO SOY, entonces esos judíos malvados retrocedieron y cayeron en tierra, ¡¡una fuerza sobrenatural les hizo caer al suelo al oír esa expresión divina de Jesús!!, sencillamente Jesús estaba diciendo exactamente la misma expresión que él mismo le dijo a Moisés cuando se apareció a él en medio de la zarza ardiente.
En el pasaje de Hebreos 1:10-12 se está hablando del Hijo, de Jesús, y se enseña bien claro que él es eterno, él fundó la tierra y los cielos son obra de sus manos y el pasaje dice que él PEMANECE PARA SIEMPRE, y sus años no acabarán, ¡¡y esto es precisamente lo que significa la expresión "yo soy"!!, significa que Jesús es ETERNO, que él permanece para siempre, que es inmutable y es el mismo por siempre.
El pasaje de hebreos 13:8 lo dice bien claro: ¡¡este Dios eterno, que permanece para siempre, ES JESUCRISTO, EL CUAL ES EL MISMO AYER, HOY Y POR LOS SIGLOS, es decir, él es un Dios ETERNO, jamás tuvo principio y jamás tendrá fin, de la misma manera que el Dios supremo, el Padre, el cual también es eterno.
Los falsos cristianos arrianos e hijos del diablo que niegan la eternidad de Jesucristo, y que niegan que él es el Señor JEHOVÁ de los ejércitos mencionado en esos pasajes del Antiguo Testamento sencillamente JAMÁS SE SALVARÁN. ¡¡Por eso es que Satanás introdujo el maldito arrianismo en el siglo 4!!, el mismo arrianismo satánico que dividió y aun divide a los que nos llamamos "cristianos", separando a los cristianos verdaderos de los cristianos falsos.
Los cristianos verdaderos creemos que Jesús es ese eterno JEHOVÁ de los ejércitos que descendía del cielo y se aparecía a los seres humanos, y fue él quien descendió sobre el Monte Sinaí e hizo el pacto en la ley con el pueblo de Israel, ¡¡pero los falsos cristianos arrianos y apostatas rechazan esta gran verdad bíblica!!
7- En el capítulo siguiente, el 4, sigue hablando este Ángel divino que descendió del cielo y se apareció a Moisés en medio de la zarza ardiente, y mire lo que dijo:
Éxo 4:1 Entonces Moisés respondió diciendo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No te ha APARECIDO Jehová.
Éxo 4:5 Por esto creerán que se te ha APARECIDO Jehová, el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob. (Versión Reina Valera 1960).
Como puede ver, por dos veces se repite que fue JEHOVÁ quien se le apareció a Moisés en medio de la zarza ardiente, es decir, se dejó ver, ya que no existen apariciones invisibles. Pero como el Nuevo Testamento dice bien claro que a Dios el Padre nadie le vio jamás, y que el mundo jamás conoció al Dios supremo, el Padre, entonces este Señor JEHOVÁ que se apareció a Moisés es absolutamente IMPOSIBLE que fuera el Dios Padre, sino que era el SEGUNDO JEHOVÁ, el Ángel de JEHOVÁ, y que como ya he demostrado era el mismísimo Señor Jesucristo en su preexistencia divina.
Ahora bien, resulta que Esteban relató este suceso de la zarza ardiente en el libro de los Hechos, y mire lo que él dijo, ponga muchísima atención:
Hch 7:30 Pasados cuarenta años, un ángel se le apareció en el desierto del monte Sinaí, en la llama de fuego de una zarza.
Hch 7:31 Entonces Moisés, mirando, se maravilló de la visión; y acercándose para observar, vino a él la voz del Señor:
Hch 7:32 Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Y Moisés, temblando, no se atrevía a mirar.
Hch 7:33 Y le dijo el Señor: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra santa.
Hch 7:34 Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su gemido, y he descendido para librarlos. Ahora, pues, ven, te enviaré a Egipto.
Como puede ver, Esteban relató lo descrito en Éxodo 3. Él dijo que fue un ÁNGEL quien se apareció a Moisés en medio de la zarza ardiente.
Pues bien, observe como Esteban llamó a este Ángel divino en el verso 31, ¡¡LE LLAMÓ EL SEÑOR!!, es decir, este Ángel divino que descendió del cielo físicamente y llamó a Moisés de en medio de la zarza ardiente era el SEÑOR. ¡¡Pero resulta que cuando el Nuevo Testamento habla del Señor SE REFIERE A JESÚS!!, vamos a demostrarlo, mire lo que dijo el apóstol Pablo:
Rom 10:9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
Rom 10:13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
Ahí lo tiene, Pablo dijo que para ser salvos tenemos que confesar con nuestra boca que Jesús es EL SEÑOR, y luego dijo que todo el que invoque el nombre del Señor será salvo.
¿Qué significa confesar con nuestra boca que Jesús es el Señor?
No significa simplemente confesar que Jesús es nuestro amo, sino que significa algo mucho más importante.
Resulta que el apóstol Pablo estaba citando el siguiente pasaje del profeta Joel:
Joe 2:31 El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de JEHOVÁ.
Joe 2:32 Y todo aquel que invocare el nombre de JEHOVÁ será salvo; porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho JEHOVÁ, y entre el remanente al cual él habrá llamado.
Lo que dijo sencillamente el apóstol Pablo es que para ser salvos tenemos que confesar con nuestra boca que Jesús es el eterno Señor JEHOVÁ, ¡¡porque Pablo estaba citando ese pasaje del profeta Joel, y que lo aplicó al Señor Jesucristo!!.
El profeta Joel dijo bien claro que para ser salvos hemos de confesar o invocar el nombre de JEHOVÁ, y Pablo dijo que hemos de invocar o confesar el nombre de Jesucristo para ser salvos, y no solo eso, Joel dijo que antes de ese día del Señor JEHOVÁ el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, lo cual sucederá justo antes de la segunda venida de Cristo (Mt.24:29-30), demostrando así de forma irrefutable que ese glorioso y terrible gran día de JEHOVÁ será el día de la venida gloriosa de Cristo, ¡¡él es el Señor JEHOVÁ de los ejércitos!!, y para ser salvos hemos de confesar con nuestra boca esta gran verdad, que Jesucristo es el eterno Señor JEHOVÁ de los ejércitos que descendía del cielo y se aparecía a los seres humanos. Fue Jesús mismo, el Ángel del pacto, quien descendió del cielo y se apareció a Moisés en medio de la zarza ardiente, y fue él quien sacó a Israel de la esclavitud de Egipto, ¡¡y esto es lo que tenemos que confesar con nuestra boca para poder ser salvos y tener la vida eterna!!, sin embargo, LOS FALSOS CRISTIANOS ARRIANOS RECHAZAN ESTA GRAN VERDAD BIBLICA, la pisotean como auténticos hijos del diablo, ellos no confiesan con su boca que Jesús es este eterno Señor JEHOVÁ de los ejércitos que se apareció a Moisés en medio de la zarza ardiente, y por lo tanto, ¡¡jamás podrán ser salvos!!, sino que se condenarán al lago de fuego por apostatas y mentirosos, por eso es que Satanás utilizó a ese falso cristiano del siglo 4 llamado Arrio, el cual era judío, para introducir esa espantosa doctrina de demonios del arrianismo, la cual llevará a la condenación a millones de falsos cristianos que se burlan y rechazan esta verdad del
Evangelio, que es la divinidad y eternidad del Señor Jesucristo.
5
MOISÉS HABLABA CARA A CARA CON EL SEGUNDO JEHOVÁ
Ya hemos visto más arriba que al Dios supremo, que es el Padre celestial, jamás fue visto por ningún ser humano. Pero resulta, que al segundo JEHOVÁ sí que lo vieron los seres humanos, incluso comieron y bebieron con él, tal como visto en ese pasaje de Éxodo capítulo 24.
La Biblia dice bien claro que Moisés habló cara a cara con este Señor JEHOVÁ, como cualquiera habla con su compañero. Es decir, este Señor JEHOVÁ y Moisés se veían el rostro el uno al otro. Leamos los pasajes bíblicos:
"Y hablaba JEHOVÁ a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero." (Ex.33:11).
"No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de JEHOVÁ." (Num.12:8).
"Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido JEHOVÁ cara a cara;" (Dt.34:10).
La expresión ver "cara a cara" aparece también en los siguientes pasajes bíblicos, y en TODOS ellos se refiere a algo LITERAL:
"Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma. (Gen.32:30).
"Viendo entonces Gedeón que era el ángel de JEHOVÁ, dijo: Ah, Señor JEHOVÁ, que he visto al ángel de JEHOVÁ cara a cara." (Juec.6:22).
"Y Amasías rey de Judá, después de tomar consejo, envió a decir a Joás hijo de Joacaz, hijo de Jehú, rey de Israel: Ven, y veámonos cara a cara." (2Cron.25:17).
"Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara" (Gal.2:11).
"Tengo muchas cosas que escribiros, pero no he querido hacerlo por medio de papel y tinta, pues espero ir a vosotros y hablar cara a cara" (2Jn.12).
"porque espero verte en breve, y hablaremos cara a cara." (3Jn.14).
En los anteriores pasajes bíblicos vemos como la expresión "cara a cara" es siempre LITERAL, por lo tanto, cuando en Ex.33:11, Num.12:8, Dt.34:10 leemos que JEHOVÁ hablaba cara a cara con Moisés, significa lo que dice, es decir, que hablaban cara a cara, viéndose el rostro el uno al otro.
Los falsos maestros suelen citar el pasaje de Éxodo 33:20 para enseñar que Moisés jamás habló cara a cara con ese Señor JEHOVÁ que descendió físicamente del cielo a la tierra. Veamos la falsedad de esa interpretación arriana:
1. JEHOVÁ hablaba cara a cara con Moisés, como cualquiera habla con su compañero (Ex.33:11).
2. Después Moisés le rogó a JEHOVÁ que le mostrara su gloria, es decir, su resplandor divino (Ex.33:18).
3. Después dijo JEHOVÁ a Moisés que ningún hombre podrá ver su rostro y seguir vivo (Ex.33:20).
4. Por lo tanto, cuando JEHOVÁ dijo a Moisés que ningún ser humano podrá ver su rostro y seguir vivo, se estaba refiriendo a su rostro GLORIOSO, es decir, resplandeciente. ¡¡Moisés habló cara a cara con JEHOVÁ ANTES de que le mostrara su gloria o resplandor!!
5. Seguidamente JEHOVÁ escondió a Moisés en la hendidura de una peña y le cubrió con su mano mientras pasaba, y entonces Moisés ya no pudo ver el rostro glorioso de JEHOVÁ, pero sí pudo ver su espalda (Ex.33:21-23), tal como vemos en la siguiente imagen:
Por
lo tanto, Moisés sí que vio el rostro de JEHOVÁ, y habló cara a cara con él,
pero lo que no vio Moisés es el rostro GLORIOSO de JEHOVÁ, porque
ese Señor JEHOVÁ le mostró su gloria a Moisés DESPUÉS de que
hablara con él cara a cara.
En Juan 1:18 leemos que al Dios Padre NADIE LE VIO JAMÁS. Por lo tanto, el Señor JEHOVÁ que descendió sobre el Monte Sinaí y que habló cara a cara con Moisés no era el Dios supremo, el Padre celestial, sino otra persona divina que también se llama JEHOVÁ. ¿Quién era esta persona divina?, ¡era el llamado ÁNGEL O MENSAJERO (Malak) DE JEHOVÁ, ¡el cual también se llama JEHOVÁ!, Vamos a leerlo:
Éxo 23:20 He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.
Éxo 23:21 Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.
Éxo 23:22 Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren.
Éxo 23:23 Porque mi Angel irá delante de ti, y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir.
En ese pasaje era el Dios supremo, el Padre, quien estaba hablando desde el cielo, y dijo que él enviaría a su Ángel delante del pueblo de Israel, para sacarlos de Egipto. Y en el verso 21 Dios el Padre dijo que SU NOMBRE ESTÁ EN ESTE ÁNGEL DIVINO, o dicho en otras palabras, el nombre del Padre también lo tiene este Ángel divino, los dos se llaman igual: JEHOVÁ.
Observe que el texto no dice que Dios le ha DADO su nombre a este Ángel divino, sino que dice que su nombre ESTÁ EN ÉL.
La Biblia jamás dice que Dios el Padre dio su nombre a este Ángel divino, sino que dicho nombre está en este Ángel celestial y divino.
La palabra hebrea que ha sido traducida por “nombre” en ese pasaje es “Shem”. Veamos su significado en la Concordancia de Strong:
H8034
שֵׁם shem; palabra prim. [tal vez más bien de 7760 mediante la idea de def. y posición conspicua; comp. 8064]; apelación, como marca o memorial de individualidad; por impl. honor, autoridad, carácter:-célebre, conocido, fama, famoso, ilustre, lista, nombrar, nombre, renombre.
Como puede ver, esa palabra hebrea significa AUTORIDAD, Y TAMBIÉN NOMBRE. Es decir, ese Ángel divino enviado por el Padre no solo tendría la AUTORIDAD delegada por el Dios supremo, el Padre celestial, sino que además tiene el mismo NOMBRE que su Padre celestial, los dos dioses se llaman igual: JEHOVÁ. Decir que esa palabra hebrea significa solamente “autoridad” es por tanto mentira, ya que significa mucho más, significa que ese Mensajero celestial y divino enviado por el Padre tiene su mismo nombre, ¡¡los dos dioses eternos se llaman JEHOVÁ‼, y era este segundo JEHOVÁ el único que descendía del cielo a la tierra y se aparecía visiblemente a los seres humanos, y fue él quien sacó a Israel de la esclavitud de Egipto para guiarlos a la tierra prometida.
Usted no va a encontrar ni un solo texto en la Biblia donde se diga que el nombre de JEHOVÁ está en otro ángel, ¡excepto en ese Ángel o Mensajero especial y divino! Por consiguiente, esto demuestra de forma clara e irrefutable la existencia de los dos dioses llamados JEHOVÁ, y que son el Padre y el Hijo.
Quien rechaza esta enseñanza fundamental de la Biblia después de haberla conocido jamás podrá ser salvo.
La Biblia dice bien claro que fue este Ángel de Jehová, el cual también se llama Jehová, el que sacó a Israel de la esclavitud de Egipto y los llevó a la tierra prometida:
Jue 2:1 El ángel de Jehovah subió de Gilgal a Boquim, y dijo: —Yo os saqué de Egipto y os introduje en la tierra acerca de la cual había jurado a vuestros padres diciendo: "No invalidaré jamás mi pacto con vosotros.
Observe atentamente que fue este Ángel de Jehová quien hizo el pacto con el pueblo de Israel entregándoles la ley en el Sinaí, es decir, no fue el Jehová supremo, el Padre celestial, quien descendió al Sinaí para entregar la ley a Moisés, sino que fue este Ángel de Jehová, el cual también se llama Jehová, quien descendió del cielo para hacer el pacto con Israel y entregarles la ley y fue este segundo Jehová quien se apareció a Moisés y hablaba con él cara a cara.
Fue este segundo Jehová el que fue visto por esas 74 personas que subieron al Monte y comieron y bebieron con él.
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