LA NUEVA JERUSALEN SERA FISICA Y LITERAL Y LA MORADA DE LA IGLESIA

LA CASA DEL PADRE ES LA NUEVA JERUSALÉN, Y SE LA DIFERENCIA DEL TEMPLO DE DIOS EN EL CIELO

El Señor Jesucristo enseñó que, cuando se fuera al cielo, prepararía muchas moradas en la Casa del Padre para que su Iglesia habite allí. Leamos las palabras de Jesús:

Jua 14:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

Jua 14:3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

¿Y cuál es la Casa del Padre?, pues resulta que es la Nueva Jerusalén mencionada en el Apocalipsis. Leamos el pasaje:

Apo 21:2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.

Apo 21:3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.

Ahí lo tiene bien claro, la Casa del Padre celestial es la Nueva Jerusalén mencionada en el Apocalipsis, es el tabernáculo de Dios el Padre el cual morará con los hombres en la nueva tierra después del Milenio, y esto ocurrirá cuando la Nueva Jerusalén descienda del cielo y se pose en la nueva tierra.

Jesús dice en el Apocalipsis que su Iglesia entrará en esa ciudad celestial que es la Nueva Jerusalén y ahí vivirá para siempre la Iglesia.

Sin embargo, Satanás ha conseguido engañar a muchos falsos cristianos descerebrados los cuales enseñan que Jesús es un embustero y que la Nueva Jerusalén mencionada en el Apocalipsis no será una ciudad literal y física donde vivirá la Iglesia de Cristo. Según estos engañadores al servicio de Satanás la Nueva Jerusalén será únicamente la Iglesia de Cristo, ¡¡pero no una ciudad literal y física!!

Estos embusteros y analfabetos bíblicos enseñan que la Nueva Jerusalén mencionada por Jesús en el Apocalipsis no será la morada de la Iglesia de Cristo, con lo cual están insultando a Jesús llamándole embustero ya que él dijo bien claro que esa Casa del padre, que eS la Nueva Jerusalén, sí que será la morada de su Iglesia donde Jesús está preparando ahora dichas moradas para su Iglesia.

Por consiguiente, aquellos embusteros que enseñan que la Nueva Jerusalén mencionada en el Apocalipsis no será una ciudad literal y física están cometiendo un pecado gravísimo ya que ¡¡están insultando al propio Jesús quien fue el que dio esta revelación al apóstol Juan!!, y evidentemente aquellos que insultan a Jesús llamándole embustero son falsos cristianos al servicio de Satanás.

El propio Jesús en el libro del Apocalipsis enseñó de forma clara e irrefutable que la Nueva Jerusalén es una ciudad absolutamente literal y física, y también es simbólica, ya que, por ejemplo, las 12 puertas de dicha ciudad celestial representan a las 12 tribus de Israel y los 12 cimientos representan a los 12 apóstoles de Cristo, pero el hecho de que dicha ciudad sea simbólica no elimina el hecho de que también es totalmente física y literal.

En dicha ciudad morará la Iglesia de Cristo, por eso es que en el Apocalipsis la Nueva Jerusalén está identificada con la Iglesia de Cristo, ya que en la Biblia siempre el pueblo de Dios está identificado con una ciudad literal.

La Biblia habla de dos Jerusalenes: la terrenal y la celestial y las dos son totalmente físicas y literales. La Jerusalén terrenal está unida e identificada con el pueblo de Israel, es decir, la Jerusalén terrenal es la morada de Israel y su capital, se la llama la ciudad del gran Rey, y de igual manera la Nueva Jerusalén celestial está unida e identificada con la Iglesia de Cristo, ya que es el lugar donde vivirá la Iglesia de Cristo. Dicha Ciudad es la Casa del Padre, donde Jesús está preparando esas moradas para su Iglesia, los vencedores, y aquellos falsos cristianos que niegan esto sencillamente están al servicio de Satanás rechazando y pisoteando las

Observe que Jesús está hablando de sus verdaderos discípulos, los vencedores, y él dijo que a estos verdaderos cristianos los hará columnas en el templo de su Dios, es decir, del Padre, y seguidamente menciona la ciudad de Dios el Padre, la Nueva Jerusalén, es decir, Jesús diferenció el templo de Dios que está en el cielo, de la Nueva Jerusalén. ¡¡El templo de Dios que está en el cielo no es la Nueva Jerusalén!!, por la sencilla razón de que en la Nueva Jerusalén no existe ningún templo de Dios, tal como dice este pasaje:

Apo 21:22 Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.

Esto es muy importante que usted lo entienda. Una cosa es el templo de Dios que está en el cielo y otra cosa es la ciudad celestial la Nueva Jerusalén, en la cual no existe ningún templo de Dios.

Los verdaderos cristianos glorificados servirán a Dios en ese templo celestial, tal como dice este pasaje:

Apo 7:15 Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos.

Es decir, la Iglesia de Cristo, los vencedores, van a servir a Dios el Padre en su templo celestial, sin embargo, la morada de ellos será la ciudad celestial, la Nueva Jerusalén. El templo de Dios en el cielo será sencillamente el lugar donde ellos trabajarán sirviendo a Dios el Padre en dicho templo celestial.

Cuando Jesús dice en el Apocalipsis que él hará “columnas” a los vencedores eso significa que Cristo les dará una tremenda autoridad en el Universo. Esa palabra “columnas” es la misma que se utiliza en este pasaje cuando el apóstol Pablo habló de los apóstoles Jacobo, Pedro y Juan, los cuales eran considerados “columnas” en la iglesia de Jerusalén, indicando así que ellos tenían una gran autoridad en dicha iglesia. Leamos el pasaje:

Gál 2:9 y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión.

Por consiguiente, esto es muy importante que lo tenga presente, ya que así lo enseña Jesús en el Apocalipsis: el templo de Dios en el cielo será el lugar donde los vencedores servirán a Dios el Padre, mientras que la Nueva Jerusalén es otro lugar, ya que se trata de la morada o Tabernáculo donde vivirá la Iglesia de Cristo. Esta Nueva Jerusalén es la Casa del Padre donde Jesús está preparando esas moradas para su Iglesia. Ambos lugares, el templo celestial de Dios y la Nueva Jerusalén celestial son absolutamente físicos y literales, así lo enseña Jesús en el Apocalipsis.

En el siguiente capítulo vamos a leer y a comentar lo que dice Jesús en el Apocalipsis sobre la Nueva Jerusalén celestial, cómo está construida y las dimensiones que tiene, y esta enseñanza de Jesús destroza completamente la mentira diabólica enseñada por todos los engañadores y falsos cristianos que niegan la literalidad física de dicha ciudad celestial.

Vamos a leer y a comentar los pasajes del Apocalipsis donde Jesús mencionó esta Nueva Jerusalén:

Apo 3:12 Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la Nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.

2- Ese futuro descenso de la Nueva Jerusalén a la nueva tierra se describe en el capítulo 21 del Apocalipsis, que dice lo siguiente:

Apo 21:2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.

Observe atentamente lo que dice ese pasaje. Primero la llama la santa ciudad, la Nueva Jerusalén y seguidamente la llama la esposa, es decir, esa ciudad celestial, la Nueva Jerusalén, está identificada con la esposa de Cristo que es la Iglesia, LA ESPOSA del Cordero (Ap.19:7-8). Los embusteros y descerebrados dicen que esto significa que la Nueva Jerusalén no es ninguna ciudad literal y física, sino que se refiere solamente a la Iglesia de Cristo, pero estos son tan idiotas que no se han enterado que el pueblo de Dios en la Biblia siempre está identificado con Jerusalén, es decir, Jerusalén es la morada del pueblo de Dios. Por ejemplo, la ciudad terrenal de Jerusalén en la Biblia está identificada con Israel, está unida a Israel (Mt.23:37), y de igual manera la Nueva Jerusalén mencionada en el Apocalipsis está identificada con la Iglesia de Dios y de Cristo, es decir, esa ciudad celestial literal será la morada de la Iglesia de Cristo, y esa morada es absolutamente física y literal, es la Casa del Padre donde Jesús está preparando moradas para su Iglesia, tal como Jesús describe en Juan 14:2-3 y en el Apocalipsis.

Por consiguiente, cuando en Apocalipsis 21:2 Juan vio a la Nueva Jerusalén descender del cielo a la nueva tierra sencillamente se está refiriendo tanto a la Casa del Padre que es esa inmensa ciudad celestial hecha de oro puro transparente, como a la Iglesia de Dios y de Cristo que mora en ella.

3- La Nueva Jerusalén es el tabernáculo de Dios, no es su templo celestial. Leamos el pasaje:

Apo 21:3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.

Apo 21:4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.

Como puede ver, el pasaje no dice por ninguna parte que esa Nueva Jerusalén sea el templo de Dios en el cielo, sino que es el tabernáculo de Dios, el cual descenderá del cielo para posarse en la nueva tierra después del Milenio.

El templo celestial de Dios es eterno, nunca fue creado, y es el lugar donde el Dios Padre y Cristo tienen su morada eterna y es el lugar donde la Iglesia de Cristo, los vencedores, servirán a Dios el Padre, sin embargo, la Nueva Jerusalén es la ciudad celestial que fue creada por Dios el Padre para ser la morada de la Iglesia. Leamos el pasaje:

Apo 7:15 Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos.

La Iglesia de Dios y de Cristo estarán delante de ese trono celestial de Dios el cual se encuentra en su templo celestial y en ese templo celestial servirán a Dios para siempre. Y seguidamente dice que Dios el Padre, que está sentado en ese trono celestial, extenderá su tabernáculo sobre ellos, y ese tabernáculo de Dios, como ya hemos visto, es la Nueva Jerusalén celestial. Esto significa que la Iglesia de Dios y de Cristo vivirá dentro de ese tabernáculo de Dios que es la Nueva Jerusalén, la Casa del Padre.

El Apocalipsis siempre hace una clara diferencia entre el templo celestial de Dios y el Tabernáculo de Dios, que es la Nueva Jerusalén. Esto es tremendamente importante que lo entienda. El templo celestial de Dios se encuentra en ese tercer cielo, sin embargo, ¡¡en la Nueva Jerusalén no existe ningún templo de Dios!!, vamos a leerlo:

Apo 21:22 Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.

Esto demuestra de forma irrefutable que el templo celestial de Dios y la Nueva Jerusalén son dos lugares diferentes.

4- La descripción física de la Nueva Jerusalén. Veamos lo que dice este pasaje del Apocalipsis:

Apo 21:9 Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.

Apo 21:10 Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios.

Una vez más se identifica la esposa de Cristo que es la Iglesia con la gran ciudad celestial de la Nueva Jerusalén, indicando así que la Iglesia morará en la Nueva Jerusalén, es decir, tanto la ciudad física de la Nueva Jerusalén como la Iglesia de Cristo están unidas.

El ángel que le mostraba a Juan esas visiones es el espíritu que llevó a Juan a un monte grande y alto desde el cual vio descender a la nueva tierra a esa capital del universo, la Nueva Jerusalén, y seguidamente hace una descripción física y literal de esa ciudad celestial. Vamos a leer el pasaje para que usted se dé cuenta que se trata de una ciudad construida por Dios y que es totalmente física y literal:

Apo 21:11 teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.

Apo 21:12 Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel;

Apo 21:13 al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas.

Apo 21:14 Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.

Apo 21:15 El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro.

Apo 21:17 Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel.

Apo 21:19 y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda;

Apo 21:20 el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista.

Apo 21:21 Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.

Apo 21:22 Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.

Apo 21:23 La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.

Apo 21:24 Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.

Apo 21:25 Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche.

Apo 21:27 No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.

Analicemos la descripción física que el apóstol Juan hace de la Nueva Jerusalén:

a) La Nueva Jerusalén tiene la gloria de Dios, es decir, es una ciudad que resplandece de forma espectacular. Toda ella resplandece como una piedra preciosísima, semejante a la piedra de jaspe, transparente como el cristal. Obviamente la descripción que está haciendo es la de una construcción celestial totalmente literal y física dentro de la cual vivirá la Iglesia de Dios y de Cristo. Los que niegan que esa Nueva Jerusalén es física y literal sencillamente están insultando a Cristo llamándole embustero y están al servicio de Satanás.

b) La Nueva Jerusalén está rodeada por un muro grande y alto con 12 puertas que dan acceso a la inmensa ciudad y cada puerta está custodiada por un ángel. Esas 12 puertas son 12 perlas gigantes, y en cada puerta está escrito el nombre de cada una de las 12 tribus de Israel. Evidentemente se está refiriendo algo completamente físico y literal, pero también es simbólico y significa que por medio del pueblo de Israel podemos entrar a la Nueva Jerusalén. Por medio de la simiente de Abraham, que es Cristo, todas las naciones de la tierra son bendecidas.

c) Juan dijo que la ciudad celestial, la Nueva Jerusalén, tiene un muro grande y alto. Si no se trata de una ciudad física y literal entonces no tendría ningún sentido que se hablará de dicho muro y de 12 puertas. El apóstol Juan sencillamente estaba describiendo lo que estaba viendo con sus ojos y era algo totalmente físico y literal, él estaba describiendo la Casa del Padre en la cual morará la Iglesia de Dios.

El muro que rodea la Nueva Jerusalén tiene 12 cimientos o fundamentos y en cada uno de esos cimientos está escrito el nombre de cada uno de los 12 apóstoles de Cristo.

El significado simbólico de estos 12 fundamentos es tremendo, ya que la Iglesia de Dios está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y profetas (Efe.2:20), es decir, la Iglesia de Dios y de Cristo está edificada sobre esos 12 fundamentos que son los 12 apóstoles de Cristo, incluido por supuesto el apóstol Pablo en ese grupo de los 12. Por consiguiente, el hecho de que la Nueva Jerusalén sea una ciudad celestial totalmente literal y física, eso no quita para que también tenga un significado simbólico.

d) A continuación el ángel le dice a Juan que describa las dimensiones o medidas de esa ciudad celestial. Leamos el pasaje:

La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales.

La ciudad de la Nueva Jerusalén se halla establecida en cuadro, es decir, su base es cuadrada, y su longitud es igual a su anchura y a su altura y la medida es 12.000 estadios y que llevados a kilómetros son 2.200 kilómetros.

Esto no tendría absolutamente ningún sentido si la Nueva Jerusalén no fuera física y literal. Esas medidas lo que demuestran sin ninguna duda es que se trata de una estructura inmensa totalmente literal y física.

Muchos comentaristas de la cristiandad apóstata enseñan que dicha Nueva Jerusalén tiene forma de gigantesco cubo, pero eso es falso y ridículo, ya que en realidad la estructura de esta ciudad celestial es piramidal, por la sencilla razón de que esta forma de pirámide explica de forma perfecta la estructura del reino de Dios. En la cúspide de dicha inmensa pirámide celestial se encuentra la jefatura suprema del universo, que es el trono de Dios y de Cristo, y el resto de la pirámide celestial es el reino de Dios, es decir, la Iglesia de Cristo, la cual tendrá allí sus preciosas e inmensas moradas. Al ser tan inmensa las dimensiones de esta ciudad celestial en ella podrán vivir miles de millones de santos glorificados que forman la Iglesia de Dios y de Cristo.

e) En el verso 17 leemos que el muro que rodea la Nueva Jerusalén celestial tiene 144 codos de altura, y que llevado a metros son unos 66 metros de altura. Aquellos iglesieros que enseñan que la Nueva Jerusalén no se trata de un lugar físico y literal están mintiendo, ya que todas estas medidas no tendrían absolutamente ningún sentido si la Nueva Jerusalén no fuera física y literal.

f) El verso 18 dice que el material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro transparente, semejante al vidrio limpio. El pasaje es bien claro, observe que habla del material con el cual está construido el muro y la propia ciudad celestial ¡¡si habla de material es porque la Nueva Jerusalén es absolutamente física y literal!!, los que niegan esto sencillamente están al servicio de Satanás y están rechazando lo que Jesús reveló en el Apocalipsis.

El texto dice que el material del muro está hecho de jaspe, que es una piedra preciosa y la propia ciudad celestial, la Nueva Jerusalén, está construida de oro puro transparente semejante al vidrio, éste es un material absolutamente desconocido en la tierra, indicando así que su construcción es divina y celestial.

g) El verso 19 dice que los cimientos o fundamentos del muro de la Nueva Jerusalén estaban adornados con toda clase de piedras preciosas, y seguidamente describe la clase de piedras preciosas que tiene cada fundamento. Esto sería absolutamente estúpido y sin sentido si no se tratara de algo físico y literal. Dicha ciudad celestial es tan real como el tipo de material con el cual está construida, sin embargo, Satanás ha conseguido engañar a millones de falsos cristianos para hacerles creer que todo eso es mentira y que no es tal como dice Jesús en el Apocalipsis.

h) El verso 21 dice que las 12 puertas son 12 perlas, sin embargo, ese tipo de perlas son totalmente desconocidas en la tierra ya que son perlas gigantes. Una vez más, esto no tendría ningún sentido si la Nueva Jerusalén no fuera una ciudad física y literal.

También dice el pasaje que la calle de la ciudad es de oro puro, transparente como el vidrio. Ese es el mismo tipo de material extraterrestre con el cual está construida toda la Nueva Jerusalén.

i) El verso 22 dice que no existe ningún templo en la Nueva Jerusalén. Esto demuestra de forma irrefutable que la Nueva Jerusalén es muy diferente al templo de Dios en el cielo, se trata de dos cosas diferentes.

j) El verso 23 dice que la Nueva Jerusalén no tiene necesidad de la luz del sol ni de la luna ya que la gloria de Dios el Padre la ilumina, y el Cordero es su lumbrera, es decir, Jesús es el portador de la luz de Dios, él es el verdadero Lucifer. Una vez más esto no tendría ningún sentido si la Nueva Jerusalén no fuera física y literal. Esa será la morada de la Iglesia de Cristo, se trata de la Casa del Padre, donde Jesús está preparando las moradas para su Iglesia (Jn.14:2-3).

k) El verso 24 dice que las naciones que hubieran sido salvas después del Milenio andarán a la luz de ella. Esto significa que las naciones que existan en la nueva tierra después de los 1000 años progresarán y prosperarán a la luz de la Nueva Jerusalén, refiriéndose a la luz del conocimiento verdadero que saldrá de la ciudad celestial.

El pasaje dice también que los reyes de esas naciones de la nueva tierra llevarán su gloria y honor a la Nueva Jerusalén, ya que en esa Nueva Jerusalén estará el trono de Dios y de Cristo. Esto demuestra sin ninguna duda que la Nueva Jerusalén será una ciudad literal y física donde se encontrará el centro gubernamental de todo el Universo, es decir, el trono de gobierno del Padre y del Hijo.

l) El verso 25 dice que las puertas de la Nueva Jerusalén jamás se cerrarán de día y dice que ahí no existirá la noche, evidentemente la luz del sol y de la luna no hará falta que iluminen la Nueva Jerusalén ya que ella tendrá la gloria o luz de Dios. Esto demuestra de forma irrefutable que esa ciudad celestial no se está refiriendo a los santos que vivirán en ella, sino que se refiere a la morada gigantesca donde vivirá la Iglesia, se trata de una estructura creada por Dios absolutamente física y literal, y los que niegan esto sencillamente son falsos cristianos que pisotean y rechazan la revelación de Cristo en el Apocalipsis.

m) El verso 27 dice que no entrarán en la Nueva Jerusalén los inmundos ni los que practican abominaciones y mentiras, esto significa que los embusteros que rechazan esta revelación de Jesús jamás entrarán en esa Casa del Padre que es la Nueva Jerusalén. Solamente entrarán los que están escritos en el libro de la vida de Cristo.

n) En el capítulo 22:1 leemos que un río limpio de agua de vida, resplandeciente como el cristal, saldrá del trono de Dios el Padre y de Cristo. Evidentemente este río de vida manará de la cúspide de la Nueva Jerusalén, la cual tiene forma de pirámide y como una gigantesca e inmensa catarata descenderá hasta la nueva tierra.

ñ) El verso 2 dice que, en medio de la calle de la Nueva Jerusalén, y a uno y otro lado del río, crecerá el árbol de la vida. Este árbol es exactamente el mismo que se encontraba en el jardín del Edén y que tiene el poder y la peculiaridad de otorgar la inmortalidad a todos aquellos que coman de su fruto. Esto es interesantísimo, ya que el árbol de la vida mencionado en Génesis era totalmente literal y físico, por lo tanto, dicho árbol de la vida mencionado en este pasaje también será literal y físico, así como lo es la Nueva Jerusalén.

El pasaje dice también que las hojas de dicho árbol de la vida servirán para la sanidad de las naciones. Esto no tendría absolutamente ningún sentido si no fuera literal y físico.

Después del Milenio la muerte ya no existirá más, sin embargo, esas hojas del árbol de la vida podrán curar heridas de los seres humanos inmortales que vivan en la nueva tierra o incluso los que vivan en otros muchos planetas del Universo.

o) El verso 3 dice que ya no existirá la maldición en esa nueva tierra que vendrá después del Milenio, y el trono de Dios y de Cristo estará en la Nueva Jerusalén y sus siervos le servirán. Estos siervos de Dios se refieren a la Iglesia de Cristo los cuales vivirán eternamente sirviendo al Dios supremo, el Padre, por los siglos de los siglos. Ellos gobernarán sobre todo el Universo, ya que Jesús dijo que ellos heredarán todas las cosas (Ap.3:21, 21.7).

p) El verso 4 dice que los siervos de Dios el Padre verán su rostro y su nombre estará en sus frentes. Esto demuestra de forma irrefutable que Dios el Padre tiene un cuerpo físico, ya que no se puede ver algo que es invisible, hasta el propio Jesús enseñó lo mismo cuando dijo que los de limpio de corazón verán a Dios (Mt.5:8). Todos aquellos que enseñan que Dios el Padre no tiene un cuerpo físico sencillamente están mintiendo.

q) El verso 5 dice que en la Nueva Jerusalén no existirá la noche, es decir, en esa Casa del Padre siempre será de día, ahí no existirá el ciclo del día y la noche.

Y termina diciendo que los siervos de Dios el Padre gobernarán por los siglos de los siglos, o, dicho en otras palabras, los verdaderos cristianos vencedores que forman la Iglesia de Cristo gobernarán sobre todo el Universo y tendrán autoridad sobre infinidad de planetas como dioses inmortales.

Antes de terminar este estudio bíblico sobre la Nueva Jerusalén quiero comentar estas palabras que se encuentran en los versos 6 y 7, y que dicen lo siguiente:

Apo 22:6 Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.

Apo 22:7 ¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.

El ángel que le mostró todas estas visiones proféticas a Juan le dijo bien claro que todas estas palabras que se encuentran en el Apocalipsis son fieles y verdaderas, es decir, todas estas visiones de la Nueva Jerusalén que le fueron mostradas a Juan son absolutamente literales y verdaderas. Esto destroza completamente la doctrina de demonios enseñada por millones de falsos cristianos los cuales enseñan la patraña de que todas estas visiones sobre la Nueva Jerusalén no son literales ni físicas.

En ese verso 6 cuando se habla del Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, que ha enviado a su ángel sin ninguna duda se refiere a Jesús el cual envió a su ángel para mostrar estas visiones proféticas a Juan (Ap.1:1). Además, Jesús es el Señor y también es Dios, es decir, un ser poderoso (Ro. 10:9, 1Co.8:6).

Y ya para terminar, en el verso 7 habla el propio Jesús diciendo que él vendrá rápido y bienaventurados son todos los que guarden las palabras de la profecía de este libro, es decir, del libro del Apocalipsis. Solo los verdaderos cristianos, los vencedores, creemos y enseñamos que la Nueva Jerusalén es totalmente física y literal, siendo la Casa del Padre donde vivirá la Iglesia de Cristo.

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